ADELANTO WEBRETAIL – Georgalos llevó adelante el relanzamiento de su turrón Namur, uno de los emblemas que tuvo la compañía.
En momentos de celebración no hay nada mejor que las buenas noticias y las satisfacciones. Es por eso que Georgalos, la empresa que celebra su 80º aniversario, no se quedó quieta en el inicio de su nueva década, sino todo lo contrario: llevó adelante el relanzamiento de un producto emblema de la compañía: su turrón Namur. Por este motivo Katia Gounaridis, gerente de Relaciones y Negocios Institucionales de la empresa, habló con Revista RETAIL.
– ¿De qué se trata su reciente relanzamiento?
– Es un regalo que nos hicimos y es la reedición del turrón Namur. Georgalos fue el precursor, así como también inventó Don Fernández el postre de maní –hoy Nucrem-.
Hicimos un revalver de lo que fue nuestro turrón Namur y estamos muy contentos porque fue un proyecto que significó mucho trabajo. Poder lograrlo y que coincida con el aniversario de la empresa es un motivo de gran festejo.
– ¿Por qué ahora?
– Todos sabemos que es un producto que dentro del mercado está en expansión. Nosotros tenemos la receta original y estamos respetando eso. Antes, cuando tuvimos que dejar de hacerlo porque dejó de ser competitivo, era artesanal; ahora pusimos una línea tecnificada que nos permite estar a la altura de la competencia, sin perder la esencia de la receta original y con un valor calórico de los más bajos del mercado.
– ¿Qué perspectiva tienen del mercado?
– Esta línea viene siendo pensada desde hace bastante tiempo. El proyecto lo inició Don Miguel Georgalos –que hoy ya no está entre nosotros- y hacerlo realidad es lindo. Además, sabemos que hay un resurgimiento del producto, ya que el turrón cubre distintas necesidades en todos los estratos: un chico lo lleva en la lonchera, un adolescente come la cantidad que quiera sin preocuparse por las calorías, y a la madre le llega de forma saludable, debido a que muchos nutricionistas lo incorporaron como una colación. De todas formas, creo que el volumen no está dado por ese lado, sino por la nobleza del producto en sí mismo, por el tamaño, porque tiene oblea y maní, en definitiva, porque posee una serie de componentes que lo hacen atractivo.
– ¿Cuánto fue el monto de inversión para llevar adelante el proyecto?
– Fueron aproximadamente 2 millones y medio de dólares. El sponsor financiero fue el Banco Provincia de Córdoba, lugar donde estamos asentados desde los años 60. También vale agradecerle a todo el capital humano que trabajó mucho y, además, destacar la intención de traer la menor cantidad de componentes del exterior para trabajar en mayor escala con productos argentinos.
La nota completa en Revista RETAIL edición noviembre.