El desarrollo se realizó a raíz de una alianza público-privada entre el CONICET y la empresa Babasal, junto al MINCyT, un conjunto de prestigiosas universidades nacionales y otros actores sociales.
Un grupo de investigadores e investigadoras a través de un consorcio entre el CONICET y las Universidades Nacionales de La Plata (UNLP), Lanús (UNLA), Luján (UNLU) y Quilmes (UNQ), desarrollaron la fórmula de un alimento bebible a base de proteína vegetal (quínoa), inédito en el mercado argentino. La bebida se lanza al mercado de la mano de la pyme argentina BABASAL S.R.L, que por medio de una licencia de la tecnología avanzó en la producción a escala industrial para abastecer el canal comercial y contribuir con un alimento nutritivo y saludable a la sociedad.
La bebida denominada “BIBA” aporta una cuota importante de proteínas y múltiples beneficios nutricionales derivados del grano de la quinoa, uno de los alimentos vegetales que provee todos los aminoácidos esenciales. Así, una porción de “Biba” aporta vitaminas A, D2, E, B12 y calcio. Además, no contiene sacarosa añadida, ni conservantes, ni lactosa y es libre de gluten.
El alimento fue originado, por un lado, para responder a un nicho de mercado de leches vegetales en activo crecimiento y, por otro lado, intenta dar respuesta a la inquietud planteada por el Plan “Argentina contra el Hambre” el cual busca garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de toda la población y de las familias argentinas con especial atención en los sectores de mayor vulnerabilidad económica y social.
En este sentido, Javier Basaldúa, socio gerente de Babasal, manifestó: “Este proyecto tiene muchas virtudes, y para nosotros tiene un triple impacto. Por un lado, lo social porque está enmarcado dentro del Plan Argentina contra el hambre; a su vez, genera mucha mano de obra local en San Juan. Por último, es un producto saludable, cultivado de manera agroecológica en nuestra propia tierra. Ese triple impacto es lo que más nos interesó. Esto demuestra que se pueden hacer cosas entre lo público- privado y esperamos tener otros ejemplos como este a futuro”.
El objetivo, a través de “Biba” es motorizar el consumo de alimentos bebibles de origen vegetal en el mercado interno, y al mismo tiempo fomentar la exportación de dicho producto al MERCOSUR y al resto del mundo.
La fuerza de una alianza interinstitucional
El lanzamiento al mercado del alimento bebible “Biba” fue posible gracias a la sinergia y trabajo conjunto entre muchas instituciones y actores sociales. Para ello, el CONICET interactuó activamente con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Gobierno de San Juan y el INTA de San Juan en la Región de Cuyo. Asimismo, el proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que ha aportado importantes fondos.
Por otra parte, las Universidades Nacionales tuvieron un rol esencial en el proyecto, aportando su conocimiento, recursos humanos, y capacidades en investigación y desarrollo, aspectos que fueron destacados, entre otros, por las autoridades presentes, a saber: Dr. Mauricio F. Erben, Decano de Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP; Dr. Pablo Narvaja, Vicerrector de la UNLa; Dr. Alejandro Villar, Rector de la UNQ; y Mg. Antonio Lapolla, Rector de la UNLu.
Por otra parte, la producción de la bebida también impacta en otra empresa con base en Argentina, Tetra Pak, la cual es la encargada del envasado en condiciones asépticas con tratamiento térmico de ultrapasteurización (UAT-UHT).
Durante el lanzamiento del producto también estuvieron presentes las siguientes autoridades: Lic. Leonardo Boto, Intendente de Luján; Juan Pablo Pittaluga, Director de Marketing Cono Sur de Tetra Pak, Dr. Pablo Núñez, Subsecretario de Coordinación Institucional MINCyT y por “Unidad Ciencia y Tecnología contra el hambre”; Lic. Mónica Beatriz Ruiz- Directora INTA San Juan; Dra. Paula Español, Secretaria Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación; Lic. Sergio Romano, Gerente de Vinculación Tecnológica del CONICET; e Ing. Luis Almirón, Subsecretario de Desarrollo de Economías Regionales del MAGYP.
Fuente: Conicet