COBERTURA ALIMENTARIA – El Brexit y sus consecuencias para el sector de la alimentación y bebidas.
La victoria del Partido Conservador de Boris Johnson en las elecciones generales pone fin a tres años de incertidumbre desde que Reino Unido decidió separarse de la Unión Europea (UE). Concretar el Brexit a tiempo, antes del 31 de enero, es la meta a cumplir por el nuevo gobierno. Esto permitirá, según su líder, “recuperar el control de nuestras leyes, fronteras, dinero y comercio”.
Indudablemente Estados Unidos ha sido de los primeros en celebrar la noticia y ya vislumbra un enorme acuerdo comercial con Reino Unido. Por su parte, desde España apuestan a una “relación futura lo más estrecha posible entre la UE y el Reino Unido”.
Mientras tanto, estamos en el período de transición y habrá que ver cuánto se prolonga.
En el marco de las actividades programadas en Barcelona los días 13 y 14 de diciembre, se desarrolló una mesa redonda para analizar los posibles efectos del Brexit sobre la industria y las relaciones del sector, tanto con los países europeos como el resto del mundo.
De la misma participaron Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB); María Naranjo Crespo, directora de Alimentos y Gastronomía del ICEX, España Exportación e Inversiones; junto a representantes de Hostelco, de la British Food & Drink Federation y de la British Chamber of Commerce in Spain.
Cuando el Brexit ocurra, si es un “Brexit duro”, ya no habrá un arancel único y se creará una aduana, encareciendo el producto y haciéndolo menos competitivo para el mercado. Probablemente, esa aduana ponga un sistema de auditoría, que al día de hoy no hay, añadiendo otros costos (de logística, por ejemplo). Otra consecuencia negativa sería si Gran Bretaña toma una dirección distinta a la Unión Europea.
Han pasado tres años y las empresas empiezan ahora a reaccionar. Muchos comienzan a entender que la situación es complicada y que los riesgos se han incrementado. La gente quiere certidumbre y de parte de las empresas quieren saber a qué atenerse, que haya una seguridad jurídica.
En este contexto, España es uno de los países más afectados por su estrecha relación con Gran Bretaña. Diversificar mercados, estar muy cerca del importador (británico) y trabajar en medidas preventivas son las mejores soluciones.
Los sectores que más vende España a Reino Unido son: vino, aceite de oliva y productos cárnicos, todos ellos con una gran aceptación.
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