La cadena es un ejemplo claro de los beneficios que genera contar con dark stores.
¿Cómo sería un supermercado ideal? Esta pregunta ha tenido varias respuestas desde 1915, cuando Vincent Astor creó en Manhattan el embrión de este tipo de comercios. Sin embargo, en la era digital, el concepto está adquiriendo nuevos significados.
Una posible respuesta actual al interrogante arrancaría con que el establecimiento cuente con secciones de productos dispuestos estratégicamente para que el recorrido, desde el ingreso hasta la salida, se realice en cuestión de minutos.
Así, los estantes estarían dispuestos para que el changuito se llene a la máxima velocidad. Los productos que estarían más a mano no son los que el supermercado quiere vender, sino los más comprados por la gente, ordenados según las premisas de Marie Kondo.
El paso por la caja no desentonaría. No habría chocolates, ni golosinas, ni bebidas intentando aprovechar un antojo compulsivo: la idea es pagar lo más rápido posible, ya que en estos locales la clave es la velocidad.
Estos establecimientos ya existen en Argentina pero, paradójicamente, el usuario común no puede recorrer sus pasillos. Se trata de los dark stores o «tiendas oscuras», que no están destinados para el consumidor, sino para el picker, una nueva figura creada por el eCommerce.
Se trata de alguien que recibe en su celular la lista de «mandados» de un comprador, recolecta los productos y arma el pedido. Puede ser un empleado del supermercado online o el repartidor de una app de delivery.
El formato promete expandirse con el boom de ventas online de artículos de alimentos creció 400%, en tanto que la de higiene personal avanzó más de 300%, según Mercado Libre.
No sólo eso: en los primeros dos meses del aislamiento, el eCommerce experimentó un alza del 85%, superando en ocho puntos el avance del sector en todo 2019. Y los dark stores aparecen como una respuesta para satisfacer semejante demanda.
Cuestión de pesos
El emprendedor argentino Uriel Krimer reclama el título de pionero en este formato a nivel local. Lo incorporó hace cinco años a través de su firma Markopolis, que hoy opera Media Naranja Market, un supermercado 100% nativo digital, es decir, sin sucursales físicas.
Según Krimer, este formato es mucho más eficiente y económico que un comercio «chapado a la antigua» y permite aprovechar al máximo las oportunidades del eCommerce.
«Un dark store no requiere estar en una zona de alta circulación, sino que puede instalarse en una calle secundaria. Así, un inmueble de 300 metros cuadrados se alquila por $80.000, mientras que en una ubicación ‘tradicional’ estamos hablando de $300.000″, señala el emprendedor.
En efecto, Media Naranja Market está ubicada en Villa Crespo, el «corazón» de la ciudad según Krimer, desde donde salen centenares de pedidos por día que se arman entre las 9 y las 24. Ante el boom de demanda, la firma está buscando más lotes: en las zonas Norte (Vicente López), Oeste (Ramos Mejía o Morón) y Sur (Quilmes o Lanús), además de Nordelta.
Además, una tienda de estas características también ahorra todos los costos implícitos en una operación que requiere atraer al público. «Cuando invertís en un local tradicional tenés que destinar 2 millones para decoración y branding«, indica.
Un dark store tiene estanterías hasta el techo con mercadería, al estilo de un híper mayorista, y se exhibe en las propias cajas del producto, ya que no hay reposición al estilo de un supermercado tradicional.
«La incidencia de los costos fijos por recursos humanos es muy baja con una operación online», asegura Krimer, quien agrega: «En un dark store, con dos empleados vía chatbot podés atender a 40 usuarios de manera simultánea. En una tienda física, necesitás 10 personas para asistir a esa cantidad de clientes y algunos deben esperar».
Así, el funcionamiento de Media Naranja Market se podría sintetizar en los siguientes pasos:
1.- Llega la orden y un picker toma un carro donde recolecta los productos
2.- Lo pasa a una mesada donde se descarga el stock
3.- Se realiza el remito y pasa a logística, donde se separan los artículos según categoría
4.- Se empaquetan los productos en cajas (los que requieran cadena de frío se guardan en una cámara de refrigerado o de congelado)
5.- Se despacha el pedido para enviar con logística propia o las apps Rappi y PedidosYa
Como advierten en el sector, el gran cuello de botella hoy son las «manos» necesarias para armar los pedidos. Por ello, el layout (diseño) de pasillos y góndolas de Media Naranja Market está pensado para que el picker tarde lo menos posible.
«Ordenamos por rubro. Dentro de cada categoría lo ordenamos por rotación, es decir, los que están más a mano son los productos más demandados. En cambio, los supermercados tradicionales venden los lugares a las marcas», confía Krimer.
Fuente: IproUP