Llegan a los barrios como los nuevos chinos.
El consumo de golosinas cayó un 30% en 2020. Las cadenas de drugstore se instalan en Palermo, Belgrano y Caballito, en alianza con las app de delivery. Y ampliaron su oferta: reconvertidos en pequeñas despensas, aprovechan las restricciones horarias de supermercados y autoservicios
La pandemia golpeó a la industria de las golosinas y afines. Según la asociación que agrupa al sector, en 2020, cayeron un 30% las ventas, medidas en unidades, en comparación con 2019. Sin embargo, los kioscos 24 horas parecen haber gambeteado la crisis con la reubicación de sus locales, la ampliación de su oferta y las alianzas con las principales apps de delivery. Hoy, las cadenas de drugstore llegan a los barrios, se posicionan en zonas cercanas al verde y logran ganarle la pulseada al Covid.
«Bajó la cantidad de ventas por impulso. Durante muchos meses, la gente no salía a caminar por la calle, por lo que no visitaba los kioscos en busca de una golosina. Pero, durante el invierno, se incrementó el consumo de chocolate y galletitas. Lo curioso es que estas compras se empezaron a dar en los grandes supermercados, en los negocios de las estaciones de servicio y en los kioscos 24 horas, que se convirtieron en pequeñas expensas», explica Jorge López, presidente de la Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines (Adgya).
La zona más afectada por el confinamiento obligatorio fue el Centro (micro y macro), que, aún hoy, siente el impacto por la continuidad del home-office. «Observamos un reacomodamiento por parte de las cadenas de 24 horas. Hoy, se instalan en avenidas comerciales, como Cabildo, y llegan a barrios con grandes parques y zonas verdes. O mismo, al corredor norte del Gran Buenos Aires», agrega López.
Lo cierto es que estos kioscos se convirtieron en pequeños almacenes, en donde se puede conseguir desde una golosina hasta un producto de limpieza, alcohol en gel o un barbijo. «Tuvimos que reconvertirnos, movernos para que la pandemia no nos golpee tan profundo», dice Juan Manuel Damiani, dueño de Open 25.
La cadena de kioscos 24 horas cuenta con 185 franquiciados, 15 menos que en marzo del año pasado, pre-covid. «Los locales de los shoppings, los que se encontraban en el Microcentro y el que estaba en Aeroparque son los que se vieron obligados a reubicarse. Algunos debieron cerrar definitivamente. Pero otros se instalaron en barrios como Palermo, Belgrano y Caballito», ejemplifica Damiani.
En el caso de Open 25, «la facturación, en 2020, cerró un 15% por debajo del año anterior; hubo zonas muy golpeadas y otras donde las bajas casi ni existieron», arremete.
«Empezamos a comercializar productos que antes no eran habituales, como artículos de limpieza, o aquellos referidos a la pandemia, como alcohol y barbijos. Así, se instaló Open 25 Market«, explica.
Las cadenas 24 horas tienen más espalda para darle pelea a la pandemia que aquellos kioscos independientes. «Es ya un hecho que las franquicias soportaron mejor la crisis que los emprendimientos independientes. Los índices de mortandad de estos son de un 80% al cabo de 18 meses, mientas que sólo fallece el 10% de las franquicias al cabo de cuatro años«, remarca Carlos Canudas, director de Estudio Canudas, especializado en franchising.
Efecto home-office
«La zona céntrica es la más afectada, al igual que Tribunales. Así y todo, pudimos abrir dos locales en plena pandemia. Inauguramos una tienda en el shopping Unicenter y uno en el centro de Tigre. Pero cerramos cuatro«, indica Sebastián Tallerico, dueño de la cadena de kioscos 365.
La clave para sobrevivir a la pandemia es la alianza con las apps de delivery. «Nos ayuda la costumbre que está teniendo el consumidor de volcarse hacia aplicaciones como PedidosYa o Rappi. Así y todo, la pandemia nos golpeó. A la hora de mirar qué local abrir a futuro, lo estudiamos mucho más que antes«, agrega el empresario, que aseguró que, en promedio, la facturación, en su cadena, cayó un 60% comparada con la de 2019.
La tendencia de escapar de centro de la ciudad e ir hacia las afueras también se sintió en este negocio. La marca Dillon 24 horas, que tiene fuerte presencia en zona norte, no sólo no cerró locales durante la cuarentena, sino que logró continuar con su expansión.
«Hoy, tenemos 35 sucursales 24 horas en seis ciudades y cuatro DillonClub dentro de los clubes más importantes de Zarate y Campana», describe Franco Dillon, socio fundador de la marca. «Somos una especie de drugstores de conveniencia sin acceso, en el cual vendemos todo el abanico de golosinas, como así también productos de almacén, de limpieza y de otros rubros secundarios», agrega.
Y, si bien sintió una merma en el consumo, «durante 2020, abrimos aproximadamente 10 sucursales nuevas, más las que tienen formato DillonClub, que son un proyecto relativamente nuevo, que arrancó a finales de 2020 y que son kioscos que se instalan dentro de los clubes», dice.
En el caso de Mendoza, la expansión no se vio afectada por el coronavirus. La cadena 24 horas Yes, con 15 locales (ocho propios y siete franquicias), «logramos abrir dos nuevos negocios y, por suerte, no cerramos ninguno de los que ya teníamos», explica Luciano Pugni, dueño del drugstore.
Fuente: Cronista