Por Javier Codini, presidente de Hector Codini S.A.
El sector industrial es clave para aumentar la productividad y, con ella, el crecimiento económico. Esto se debe a que la industria manufacturera ofrece varias y distintas ventajas productivas como, por ejemplo:
– produce a gran escala y permite obtener costos más competitivos por unidad;
– es una de las que genera mayor cantidad de puestos de trabajo;
– origina demanda de otro tipo de insumos y servicios como el transporte, entre otros, por lo que impulsa el crecimiento de diversas actividades;
– realiza importantes inversiones en tecnología e innovación que contribuyen con el crecimiento sostenible en el tiempo, etc.
Incluso en nuestro país, la industria es uno de los dos sectores de mayor aporte al PIB, un indicador económico que refleja la evolución económica de un país. Frente a este contexto, las empresas familiares ocupan un rol importante ya que, en Argentina, el 22% de las grandes empresas con entre 100 y 5.000 empleados son de propiedad familiar. Entre las ventajas de este tipo de organizaciones se puede mencionar: mayor agilidad, flexibilidad, compromiso, empatía interna y para con sus clientes.
Las empresas familiares han sido pilares de la economía argentina y cuentan con una gran historia. La clave de su trayectoria radica en distintos puntos, como poder adaptarse en los cambios generacionales que se suceden a lo largo del tiempo. Para eso, en Codini nos dimos cuenta de que es fundamental formar equipos en los cuales convivan la visión de las nuevas generaciones junto a la experiencia de las anteriores. Al trabajar juntos, reúnen un gran bagaje de conocimientos acumulados con ideas innovadoras y frescas lo que posibilita que la empresa se mantenga competitiva.
A su vez, otra cuestión esencial es planificar la sucesión y evaluar diversas posibilidades en caso de que haya más de una persona capacitada para ocupar determinado cargo, o incluso, cuando no haya sucesores dentro de la familia. Una correcta previsión permite asegurar la continuidad del negocio, preservar su cultura y valores, mantener el legado de los fundadores, minimizar conflictos familiares y preparar a las siguientes generaciones para el liderazgo del negocio.
Por otra parte, la descentralización es otro de los puntos relevantes para este tipo de compañías que, en muchos casos, suele intentar concentrar el poder de decisión en el fundador. En este sentido, delegar colabora además con la integración y participación de otros miembros de la familia, los cuales pueden perfilar como futuros directores de la empresa.
Por último, la pasión y la entrega suelen ser características en las empresas familiares, ya que sus integrantes cuentan con un fuerte sentimiento de compromiso que suele contagiarse al resto de los miembros y genera una sinergia en pos de los objetivos.